jueves, 31 de diciembre de 2015

ALGUNOS COMENTARIOS SOBRE LO GRACIOSO QUE ES KAFKA, DE LOS CUALES PROBABLEMENTE NO HE QUITADO BASTANTE

"En Kafka no hay humor sobre funciones corporales, ni dobles sentidos sexuales, ni intentos estilizados de rebelarse ofendiendo a las convenciones. Nada de bufonadas pynchonianas con pieles de banana ni adenoides traviesos. No hay priapismo a lo Philip Roth ni metaparodia a lo John Barth ni quejas continuas como las de Woody Allen. No hay ninguna de las inversiones de opereta de las modernas comedias de situación. Tampoco hay niños precoces ni abuelos malhablados ni compañeros de trabajo cínicamente insurgentes. Y tal vez lo más extraño de todo, las figuras de autoridad de Kafka nunca son simples bufones huecos a los que ridiculizar, sino que resultan siempre absurdos y temibles y tristes, todo al mismo tiempo, como el teniente de "En la colonia penitenciaria".

Lo que quiero decir no es que su ingenio sea demasiado sutil para los estudiantes americanos (...) Lo que afirmo es que la gracia de Kafka se basa en una especie de literalización radical de verdades que solemos tratar en forma de metáforas. (...)

Y esto es, creo yo, lo que hace que el ingenio de Kafka sea inaccesible para unos niños a quienes nuestra cultura ha educado para que vean las bromas como entretenimiento y el entretenimiento como algo reconfortante. No es que los estudiantes no "capten" el humor de Kafka, sino que les hemos enseñado a ver el humor como algo que se "capta", de la misma forma que les enseñamos que el "yo" es algo que se tiene, sin más. No es de extrañar que no puedan apreciar el chiste que hay en el centro mismo de Kafka: que la horrible pugna por establecer un "yo" humano resulta en un "yo" cuya humanidad es inseparable de esa pugna terrible. Que nuestro viaje interminable e imposible hacia el hogar es de hecho nuestro hogar". (David Foster Wallace)

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