BORGES: ¿Por qué atrae una mujer bruta? BIOY: Atrae una
mujer bruta, una mujer sucia, una mujer mala, una mujer puta, porque es un poco
incomprensible, porque es misteriosa. BORGES: Es claro, una persona
inteligente, tiende a ser lógica, a ser comprensible. BIOY: No te imaginás mi
emoción al conocer mi primera puta. ¿Una puta!, decía, como si fuera algo muy
extraordinario, un animal fabuloso. (Jueves 12 de mayo de 1960)
Estas son del año 1963:
BORGES: “Me va bastante mal. Hay una chica, de la que estaba
muy seguro. Cuando me fui a Texas, cuando me fui a Inglaterra, nos escribíamos.
Apuré la vuelta en un día, para verla un día antes. Como tengo bastante plata
en el Banco y pienso que puedo casarme, se lo dije. Me contestó que las cosas
han cambiado, que hay otro. Fue algo tan inesperado… Me explicó que ella era
muy tímida que por eso no me lo había dicho. Yo creo que lo mejor es dejar de
verse, para no caer en la abyección, en los celos, en los reproches; para no
contaminar todo el pasado. Estoy triste con todo el cuerpo. Lo siento en las
rodillas, en la espalda”. Silvina me había dicho: “Borges está de nuevo mal.
Está pálido”.
BORGES: “Parece un destino circular al que estoy condenado.
Esta situación se repite, cada tantos años. Para consolarme me digo que las
otras mujeres, que olvidé, fueron tan importantes como ésta… No es un consuelo
pensar que le queda a uno la amistad: me queda la amistad de Cecilia
(Ingenieros), y no me importa nada. Me paso el día imaginando conversaciones
con esta chica, lo que me dirá. Eso no está bien”.
BIOY: “No te propongas no verla nunca; proponéte pasar unos
días sin verla; cuando no puedas más, la ves; después tratá de pasar una
cantidad de días mayor que la anterior, sin verla; así, por un sistema
mecánico, te alejarás de ella. El tiempo existe. Uno olvida todo: lo que quiere
olvidar y lo que no quiere olvidar”. BORGES: “Como decía Reyes, el tiempo anda
sin nuestra colaboración”. (Sábado 12 de octubre de 1963)
BORGES: “Hoy conocí al novio. Ella me dio un beso cuando le
dijeron que venían a buscarla. Esperé unos minutos, para darles tiempo a que se
fueran, y cuando salí los encontré. Al encontrarme con una persona real, una
persona como cualquiera, sentí alivio. Ya (me pareció) no cavilaría. Estaba
ante la verdad, que era menos terrible que las cambiantes hipótesis de la
imaginación. El hombre era un señor un poco borroso, muy cortés, que se
esforzaba por ser cordial, respetuoso, amistoso. (Jueves 17 de octubre)
(…) Borges me habla de la mujer que lo hace sufrir: “La vi.
Es un error. Mientras la veo es como siempre, me olvido de mi obsesión. Eso
dura un rato. Después estoy igual que antes. A la mitad de la noche despierto,
ensayo diálogos imaginarios, lo que le digo, lo que me contesta: como no le
digo nada ni me contesta nada, eso es la locura”. Agrega: “Mientras estoy con
ella es igual a siempre. Es claro que yo sé que no puedo cometer una
imprudencia sin que se endurezca y se retraiga”. Tengo aquí una intuición: la
relación con esta mujer debe de ser un noviazgo blanco. Con noviazgo blanco
quiere retener a las mujeres… Sin comprender la realidad, habla de su trágico
destino repetido y de que por una fatalidad siempre aparece un hombre y se las
quita. (Una mujer que le dura un año o dos con amor blanco dura mucho; Borges
no puede quejarse: debería jactarse.) (Sábado 19 de octubre)
"¿Cómo te va?", le pregunto. Me dice que bastante
mal, que salió dos veces con "esta chica", antenoche y anoche, y que
antenoche él confundió amistad con amor, y que anoche fue espantoso, porque se
llevó una desilusión. "Qué raro -comenta- :uno vive para el futuro.
Mientras me pasaba todo esto, el presente no me importaba, yo sabía que el
presente es efímero, pero me preocupaba por el día después, me decía
"¿Cómo voy a hacer para aguantar el día de mañana?" (...) "Hoy
andaba deshecho, y de pronto recordé las palabras de Shakespeare: 'Sweet are
tue uses of adversity' y pensé que de algún modo debería aprovechar mi desventura.
¿Comprendés? No quería aprovecharla literariamente, sino en algo más real.
Nota: se hizo sacar una muela. (Miércoles 27 de noviembre)
(...) Hoy me confió que su desdicha se ahondó, porque su
rival resultó ser un psicópata: "Esta chica me dijo que no tengo
demasiadas esperanzas, pero que es claro, si el muchacho éste no se cura, y
quién sabe si se cura, a lo mejor se casa conmigo... Vale decir que soy un
pis-aller..." Le contesto (cuando me deja hablar) que se deje de pavadas.
Que no ponga amor propio. Que no sea tan considerado ni tan abnegado. Que lo
importante es él y que en amor el demasiado bueno tiene mala suerte... tal vez
aburra un poco y parezca pedante. Que no se apiade por ese muchacho: el azar lo
puso en frente y lo natural, lo saludable, es aceptar el antagonismo. Que trate
de no saber mucho de él, de no imaginarlo, y de sacarle la mujer. Que su
situación ahora me parece mejor; pero que tiene un solo peligro: la esperanza.
Y que los griegos tenían razón, que nada turba la paz como la esperanza.
(Miércoles 4 de diciembre)
(...) "Es absurdo sacrificarse por desconocidos",
asegura, pensando tal vez en su rival y tratando de no excederse en abnegación.
(Yo le había dicho que el amor no perdona a los demasiado abnegados, demasiado
nobles, demasiado escrupulosos, demasiado sutiles en delicadeza; a Venus le
gustan los guarangos -los malevos o los cads-, aunque si uno obra con
insensibilidad por ese lado también llegará al fracaso. Hay que ser atinado).
BORGES: (...) "He necesitado que esta chica me diga que
quiere a otro, para comprender que ella es lo único que me importa en la
vida". (Jueves 5 de diciembre).
Como en casa, con Silvina y Marta (su hija). A las dos llama
Borges: "Perdoná que llame a estas horas... Sólo con vos puedo
desahogarme. Esta chica quiso hablar de nuevo sobre nuestro posible casamiento.
Yo le dije que no habláramos nada antes de mi partida. ¿Te parece bien?
Etcétera. Así me enteré de quién era esta chica. Silvina ya había sospechado.
(Lunes 9 de diciembre)
Llama Borges muy temprano, para confirmar mi visita de las
tres y media; para comentar sus conversaciones de anoche con esta chica. (...)
Antes de llegar a su casa detengo el coche por Paraguay y
conversamos. Le digo que todo va mejor; que no se haga ilusiones; que no se
enloquezca (porque el amante enloquecido no atrae); que no se pase al otro lado
en perfección y abnegación (tontería, pedantería, hipocresía; eso no es
natural); que no se interese demasiado en el otro: es su enemigo. (...)
BORGES: "Cuando perdí las esperanzas, desapareció
totalmente el deseo físico; ahora que las esperanzas volvieron, volvió el
deseo, lo que es molesto. Quizá esto siempre pase... Podríamos casarnos en
febrero...En verdad, nosotros no tenemos nada en común. Siempre es cariñosa,
pero piensa en voz alta, lo que es desesperante. Puede decir cosas muy
incómodas con la mayor naturalidad. Después dice algo contradictorio o te besa;
no creo que lo haga por lástima, o para corregir la mala impresión; meramente
sigue el vaivén de sus incertidumbres. Es muy cariñosa, pero no puede uno
cifrar nada en eso, porque lo es con todo el mundo. Me toma la mano, pero también
a otros se la toma. Es increíblemente coqueta: en eso me recuerda un poco a
Emita. Sus actos no armonizan con sus palabras. Los otros días salió conmigo:
te aseguro que se portó como si fuéramos novios. BIOY: "Si hay
contradicción entre los actos y las palabras de una mujer, confía en los actos.
No cometas el error propio de escritores de querer que te aclaren con palabras
esa contradicción ni que te den una satisfactoria declaración de amor. Hay
mujeres que van a la cama diciendo no; señalarles la contradicción sería una
tontería".
(...)
Yo creo, pero no lo aseguro, que en su locura el pobre
Borges está tan aterrado que hasta teme que pueda pasar algo atroz, como por
ejemplo que su mejor amigo resulte un nuevo rival. (Martes 10 de diciembre)
Nota: un "cad" sería una persona de comportamiento
poco honorable o deshonroso.
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